Cuando se entra a su fría oficina, al pasar la pista de hielo del maravilloso Hotel Humboldt, se está en presencia de Humberto Rodríguez y da la impresión, de ser un hombre de hielo, no por el frío que lo rodea sino, por su temple de hierro; quizás el haberse forjado una carrera de patinaje sobre hielo con entrenadores rusos, influyó un poco. Pero, cuando se entra en calor tras un café y una buena y rica conversación, su espontaneidad, amabilidad, sinceridad y personalidad extrovertida, salen al paso.
“Lo más valioso que tiene un ser humano es su vida, tú escoges qué hacer con ella.”
Humberto Rodríguez